miércoles, 30 de mayo de 2012

VALORES PARA HOY: LA GENEROSIDAD Y LA GRATITUD


Nació y se crió en la pobreza. Sus padres eran trabajadores esforzados, y le inculcaron virtudes como gratitud, respeto, cortesía y honor. También le legaron conceptos de vida como generosidad e integridad, y esmero en el estudio y en el trabajo. Vivió todos sus días en su país natal de Suecia, y murió a los ochenta y cinco años de edad.
¿Quién era esta persona? Era Holger Nisson, que a una temprana edad puso en práctica los valores heredados de sus padres.
Consiguió trabajo en una cervecería y, debido a su integridad y su dedicación, con el paso de los años llegó a ser socio de la empresa y posteriormente dueño absoluto. Fue frugal, ahorrativo y ordenado. Al morir, dejó una respetable fortuna de tres millones de dólares.
¿Cómo distribuyó Holger Nisson su fortuna? La dejó toda a los trescientos habitantes de su pequeña aldea, Kracklinge. Cada habitante, entre los dieciocho y sesenta y cinco años de edad, recibió diez mil dólares. «Dios dejó una herencia para todos —expresó Nisson en su testamento—. Yo también deseo dejar la mía para todos.»
Entre todas las virtudes que el ser humano puede tener, las que más satisfacción producen son la generosidad y la gratitud. La persona que es agradecida sabe recrearse con el sol de la mañana, sabe apreciar los favores del día y sabe disfrutar del descanso en la noche. Tal persona vive en armonía con todos.
Y la persona que agradece cada favor que se le hace es también una persona que sabe dar. Ya sea que tenga mucho o poco, el dar es, para ella, su mayor satisfacción. Esta es la persona que le ha encontrado el verdadero sentido a la vida.
Quizá sea así porque fue Dios quien le enseñó al hombre estas virtudes. El pasaje de la Biblia que más se cita trata sobre este gran don de Dios: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16).
A todos nos conviene adoptar como práctica diaria estas dos grandes virtudes: el dar y el agradecer. Son virtudes que vienen de Dios. Fue Él quien nos enseñó a dar, entregando en sacrificio vivo a su propio Hijo. A nosotros nos toca, ahora, corresponder dándole nuestra vida.
Comencemos hoy mismo a expresar nuestra gratitud. En profundo agradecimiento digamos: «Gracias, Señor, por darnos tu Hijo. Te entrego todo mi corazón, toda mi voluntad y todo mi ser.»

sábado, 26 de mayo de 2012

DESPUÉS DE INICIAR EL CAMINO HACIA DIOS NO HAY MARCHA ATRÁS

SIN MARCHA ATRÁS En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto. - Éxodo 16:6 La primera vez que la vi, me enamoré, era hermosa, elegante, limpia, radiante; en cuanto divisé la “berlina Ford Thunderbird 1962” en el estacionamiento de automóviles usados, su brillante exterior y su mortífero interior me atrajeron. Sabía que era el coche para mí; así que, me despojé de 800 dólares y compré mi primer auto. Pero dentro de mi apreciada posesión acechaba un problema. Pocos meses después de comprar mi auto, repentinamente empezó a mostrarse raro en cuanto a la dirección en que podía conducirlo, me dejaba avanzar, pero no podía retroceder; ¡No tenía marcha atrás! Aunque no tener marcha atrás es un problema para un automóvil, a veces, es bueno que nosotros nos parezcamos un poco a mi viejo T-Bird. Es necesario que sigamos avanzando, sin posibilidad de poner la vida marcha atrás. En nuestro andar con Cristo debemos negarnos a retroceder, Pablo lo dijo con sencillez: «… prosigo a la meta…» Filipenses 3:14. Quizá el pueblo de Israel podría haber usado la caja de cambios de mi T-Bird. En Éxodo 16, leemos que corrían peligro de poner la vida marcha atrás. A pesar de los numerosos milagros que Dios había hecho, anhelaban volver a Egipto y no confiaban en que Dios podía guiarlos para seguir adelante. Es necesario que nos mantengamos avanzando en nuestro andar con Cristo, ¡No retrocedamos; miremos hacia delante; sigamos adelante!! Reflexión: Cuando enfrentes una crisis, confía en Dios y sigue avanzando. Pasos prácticos para la Perseverancia Un humorista dijo: “Mire la estampilla de correos”, su utilidad consiste en la habilidad de pegarse a algo hasta que llegue a su destino. Uno de los más grandes inconvenientes del cristiano es la falta de perseverancia. He conocido muchas personas con grandes ideas, pero con poco valor para perseverar; ser perseverante no es fácil, y sobre todo en seguir la Voluntad de Dios, pero te digo con el Señor tampoco es imposible. Tenemos grandes testimonios de personas que por contar con perseverancia en una visión lo han logrado, ¿Te gustaría desarrollar el hábito de la perseverancia? ¡A mi en lo personal Si! Te daré algunos consejos: 1. No te preocupes por el dinero, capacidad o equipo con el que cuentas al momento de iniciar una visión o tarea; sólo necesitas una cantidad inagotable de perseverancia y determinación. Aprende a vivir sin excusas y deja a un lado las ambiciones materiales. Persiste en las cosas celestiales, donde tiene que estar nuestro tesoro. 2. No existe perseverancia sin determinación, la visión no muere… simplemente dejamos de llevarlas a cabo porque dejamos de vivir por fe y creer que Dios puede hacerlo. 3. Conviértete en un luchador del futuro, porque esa es la actitud para vencer a la mediocridad y desánimo, que seguro te darán una fuerte guerra, una fuerte lucha interna para que “tires la toalla” en cualquier área de la vida cristiana. 4. Colócale pasión al llamado y plan de Dios para tu vida, esa pasión se alimenta cerrando tus ojos físicos y abriendo los ojos espirituales que deben estar en Cristo, porque es ahí donde encontramos la fortaleza para ver, para creer y para hacer. 5. Cuida tus pensamientos y los sentimientos que guardas dentro en tu mente y corazón, porque de eso depende la energía que necesitas para ejercitar el músculo de la perseverancia y constancia. Renueva tu manera de pensar cada día con la Palabra de Dios. 6. No dejes de esperar, nunca dejes de confiar en Dios, no dejes de soñar, no dejes de vivir por fe, recuerda que nada mejor que vivir dependiendo de Dios, quien siempre nos da las mejores cosas a Su tiempo. 7. Resiste la desesperación, el desánimo, la avaricia y comparación, no olvides tener un círculo de amigos o de hermanos en la fe que te ayuden a abonar y regar tu visión. Tu familia en la fe es muy importante, tus hermanos en Cristo son importantes porque es ahí donde está una gran parte de la fortaleza, estas serán quienes te empujen o te detengan cuando sea necesario. No permitas que nada impida, congregarte en tu iglesia local.

sábado, 19 de mayo de 2012

«EL LENGUAJE DEL CUERPO»


Fue una tarea tediosa: extensa y minuciosa. Consumió largas jornadas de trabajo y un gran despliegue de talento natural y científico. Pero el éxito coronó tan arduos y tan prolongados esfuerzos. La doctora Galina Lebedinskayaf, del Laboratorio de Reconstrucción Antropológica de Moscú, presentó, al fin, su obra de arte.
Era un rostro humano, reconstruido en plástico, a partir de una calavera. Los que habían conocido en vida al ser humano de la calavera dijeron que el parecido era realmente asombroso.
«Muchas personas piensan —explicó la antropóloga soviética— que todas las calaveras son idénticas y carecen de individualidad. Pero cada uno de los huesos humanos contiene una rica información que se puede descifrar y traducir en el lenguaje del cuerpo.»
Los logros de aquel Instituto Científico de Reconstrucción Antropológica llegaron a ser muy útiles en la identificación de cadáveres antiguos y de calaveras de las que hacía tiempo se habían borrado los rasgos físicos del rostro.
Fue notable ese trabajo de reconstrucción de la doctora Lebedinskayaf. A partir de entonces puede tomarse una calavera, que para nosotros los legos en la materia no tiene nada de atractivo, y descubrir en esos huesos angulosos, en esos orificios horribles y en esos dientes cariados el bello rostro que antes se apreciaba. A esa ciencia se le llamó «reconstrucción antropológica».
Algo parecido a esto, pero en una escala moral y espiritual, es lo que hace Jesucristo con el corazón humano. Él toma corazones convertidos en calaveras —corazones deformes, descarnados, depravados, secos y muertos—, y los reconstruye con suma paciencia. De corazones corrompidos, desfigurados y estropeados pasan a ser corazones enteramente nuevos. Representan al ser humano con sus rasgos originales, pero hermosamente perfeccionados y regenerados.
Si bien, partiendo de una calavera, los científicos pueden rehacer un rostro, aunque sea de material plástico, con mayor razón Cristo, partiendo de un corazón muerto, puede hacer una persona completamente nueva. Nueva, justa, recta y buena. Porque, como dice el apóstol Pablo, «cuando estábamos muertos en pecados», Dios «nos dio vida con Cristo».1 «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!»2
Pongamos nuestro corazón en las manos de Cristo. Dejemos que Él lo reconstruya. De hacerlo así, llegaremos a ser personas nuevas, dignas de los más altos designios de nuestro Creador.

1Ef 2:5
22C 5:17

NO PODEMOS VIVIR FUERA DEL ALCANCE DE DIOS

FUERA DE MIS PLANES
Guarda silencio ante el Señor, y espera en él… Salmo 37:7
No esperaba que mi vida fuera así. Quería casarme a los 19 años, tener media docena de hijos y dedicar la vida a mi familia. Sin embargo, en lugar de eso, salí a trabajar, me casé con más de 40 años y nunca tuvimos hijos. Durante muchos años, tenía la esperanza que el Salmo 37:4 fuera para mí una promesa de Dios garantizada: «… él te concederá las peticiones de tu corazón».
Pero el Señor no siempre «hará» lo que esperamos, y los deseos insatisfechos generan ocasionalmente tristeza. Como en mi caso, es probable que tu vida haya tomado un giro diferente al que habías planeado. Algunos conceptos del Salmo 37 tal vez sean útiles (aunque la idea primordial del pasaje es compararnos con los impíos).
El vs. 4 nos enseña que los deseos incumplidos no deben quitar el gozo de nuestra vida. A medida que conocemos más el corazón de Dios, Él se convierte en nuestro gozo y llegamos a comprender Su preciosa y perfecta voluntad, aun cuando nuestros planes no se concreten. De todas maneras siempre son mejores los planes de Dios. El salmo también dice: «Encomienda al Señor tu camino» (v. 5). La palabra encomendar significa «volcar». El maestro de la Biblia Herbert Lockyear dice: “Vuelca tu camino sobre el Señor”, como alguien que coloca sobre los hombros de una persona más fuerte la carga que no puede soportar». Luego agrega “Confía en él” (v. 5). Cuando le encomendamos todo con confianza a Dios, podemos esperar en Él (v. 7), porque llevará a cabo lo mejor para nuestra vida.
Reflexión: El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos. — Pr. 16:9

 Cómo permitir que Dios nos dirija
1- Reconozca y disfrute la presencia del Maestro en su vida. (Sal. 18:2). Mantenga su comunión diaria con Él, hablando por medio de la oración y escuchándole por medio de la Biblia.
  — Él es nuestra Vida. (Col. 3:4)
  — Él es nuestra Seguridad. (Ro. 8:38–39)
  — Él es nuestro Proveedor. (Fil. 4:19)
   Él es nuestro Protector. (Is. 41:10)
2-   Vea las situaciones que le producen ansiedad como oportunidades para desarrollar su confianza y madurez. (Fil. 1:6)
3- Confíe en el Señor y Su dirección, aunque las cosas no salgan como usted esperaba.
4- Comprométase a hacer lo siguiente cada día.
  — Procure vivir en el presente — no en el pasado, ni en el futuro. (Stg. 4:13–15)
  — Pida a Dios que le dirija a realizar una buena obra (Mt. 7:12).
   Piense como ser de bendición a otros con su tiempo, vida y dinero (Fil. 2:21)
5- Procure liberarse de todo cuanto le impide hacer la voluntad de Dios. (Mr. 4:19). Si no esta haciendo la Voluntad de Dios:
  —  Admita que ha pecado y ha hecho las cosas a su manera. (Sal. 51:4)
  —  Entregue a Cristo el control de su vida, permita que Dios le guié y hágale Señor de su vida (Mr. 8:34–36).

miércoles, 16 de mayo de 2012

¿UN PIE O LA VIDA?


Con un seco y sonoro ¡clic! se cerró la trampa. Era una trampa de acero, silenciosa y traicionera, oculta en la nieve por hojas de pino. Serge Cherblinko, cazador de osos en los bosques de Siberia, andaba de cacería. Sin darse cuenta, pisó donde no debió haberlo hecho, y la trampa clavó en él sus dientes de acero.
Serge sabía que por sí solo le sería imposible librarse de la trampa. El dolor era intenso, y la noche se aproximaba, con sus fríos, sus lobos y sus osos. Ahí mismo, solo y en medio del bosque, tomó una decisión drástica. Con su cuchillo de monte, se amputó el pie y, renqueando y arrastrándose como pudo, regando sangre por el camino, cubrió los dos kilómetros hasta llegar al refugio. Perdió un pie, pero se salvó la vida.
Esa noticia en la prensa internacional, aunque muy triste, nos deja una tremenda y clara lección. Es mucho mejor perder un miembro del cuerpo que perder toda la vida. Si la opción es perder un pie, o un ojo, o un miembro cualquiera del cuerpo, o perder la vida, cualquiera cedería uno de sus miembros antes que entregarse a la muerte.
¡Cuántas no han sido las veces que el cirujano se acerca a la cama del paciente y le dice: «Para salvarle la vida tenemos que amputarle la pierna»! Y como más vale la vida que una pierna, el paciente se somete. La vida misma siempre vale más que cualquier miembro del cuerpo.
Así mismo sucede con la vida espiritual, la vida eterna. Jesucristo conocía el incalculable valor de la vida eterna, así que un día, al predicarles a las multitudes, dijo: «...si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno» (Mateo 5:29‑30).
Si la vida física vale más que cualquier miembro de nuestro cuerpo, con mayor razón la vida espiritual, que es eterna, vale más que cualquier cosa en esta vida. Y sin embargo, ¡qué fácil nos es apegarnos a nuestros antojos injustos e inmorales aunque así perdamos la vida eterna! Jesús lo expresó con una claridad diáfana al decir que si ganamos el mundo entero, pero perdemos nuestra alma, lo hemos perdido todo. No cedamos lo eterno por lo efímero. Ni cedamos la gloria celestial por la vanagloria de este mundo. Al contrario, pidámosle a Cristo que sea el Señor y Dueño de nuestra vida.

lunes, 14 de mayo de 2012

EL AMOR DE DIOS ES MÁS GRANDE QUE EL AMOR DE UNA MADRE


JUNTOS HASTA EL SEPULCRO Y HASTA LA MUERTE.
Un hombre borracho y perverso tenía un hijo que, a pesar de los esfuerzos de la madre por guiarlo por el camino del bien, se dejó arrastrar por toda suerte de vicios y malas compañías. El joven llegó a ser uno de los peores criminales de su tiempo. Cuando cometió un horrible asesinato, lo juzgaron y lo condenaron a muerte. Su madre, ya viuda, sufría más que él por esa situación. Los miembros de la sociedad en que vivía se sintieron satisfechos por la sentencia, pues pensaron que se había hecho justicia.
Sin embargo, la madre no desmayó. Al contrario, solicitó un indulto, pero le fue negado. Cuando fusilaron a su hijo, ella pidió su cuerpo, pero no se lo entregaron porque era costumbre enterrar a los ajusticiados en el patio de la cárcel.
Aquella madre pasó muchos años haciendo memoria de su hijo. Recordaba su sonrisa, su melodiosa voz de niño y su inocencia infantil, pero nunca llegó a aceptar que era un criminal. Lejos de eso, antes de su propia muerte la fiel y abnegada madre pidió que la sepultaran junto a su hijo en el patio de la cárcel. Y en honor a su lealtad y su amor de madre, le concedieron su petición.
En este mundo no hay amor como el amor de una madre. Ella lo sufre todo por su hijo. Aunque él sea rebelde, ella le muestra cariño. Aunque sea perverso, ella le brinda su amor. Y aunque la sociedad lo juzgue y lo condene, ella tiene siempre la esperanza de que su hijo se volverá de su mal camino.
Con todo, el amor de la madre no puede compararse con el amor de Dios. La madre quiere tanto a su hijo que hace caso omiso de su maldad para seguir amándolo, y hay momentos en que no quiere siquiera saber el monto de sus maldades. En cambio, Dios está tan consciente de lo vil que es nuestro pecado, que en vez de hacer caso omiso de él, da su vida en nuestro lugar para salvarnos de las terribles consecuencias de ese pecado y ofrecernos vida eterna. «Porque tanto amó Dios al mundo —dice el Evangelio según San Juan—, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»1
Así como la madre del joven criminal de nuestra historia, Dios también se hizo sepultar entre los malvados2 a fin de identificarse con un ser querido en medio de una prisión. Pero en el caso de Dios no era por un solo ser querido sino por toda la humanidad, ni era la prisión de un solo lugar sino de este mundo pecador. Porque mediante la muerte Él se identificó con todos nosotros en nuestro pecado a fin de darle muerte simbólica a ese pecado para que también pudiéramos resucitar con Él y así disfrutar de la vida eterna que vino a darnos.

1Jn 3:16
2Is 53:9

LA MEDICINA DEL CORAZÓN ALEGRE

LA MEDICINA DEL CORAZÓN ALEGRE
¿Recuerdas algún momento cuando estuviste realmente enfermo? ¿Ya sea que se tratara de un dolor de cabeza insoportable o del estómago revuelto, la medicina correcta obró maravillas. ¿Pero cuál es el remedio para un corazón destrozado o para un sueño hecho pedazos? No deja de ser interesante que la Biblia sí habla de una cura espiritual para las decepciones de la vida. Podría llamársela «la medicina del corazón alegre». «El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos» (Proverbios 17:22).
Este versículo echa un vistazo realista a las dificultades de la vida. «Un corazón alegre» es un regocijo interior producido por la fe que afecta lo que pensamos, las decisiones que tomamos, y a la larga, cómo nos sentimos. Es tener la voluntad de dar las gracias en las pérdidas o ganancias de la vida. Es «buena medicina» porque tiene un efecto positivo en cuanto a cómo percibimos y experimentamos la vida y restaura nuestra salud espiritual.
Pero el versículo continúa observando cómo un espíritu herido que ha quedado sin ser atendido puede llegar a la desesperación. El «espíritu quebrantado» puede aplicarse a experiencias dolorosas que nos paralizan grabadas en nuestros recuerdos. Son los fracasos y las heridas emocionales pasadas que inhiben nuestras elecciones ahora. Estas ideas negativas pueden «secar los huesos». Esto es, pueden minar las energías que nos dan la vitalidad, que nos alimentan y nos sostienen en nuestro andar con Dios. Entonces, ¿cómo «tomamos nuestra medicina»? He aquí varias sugerencias:
- Aprende a alabar a Dios, dondequiera que estés (1 Tesalonicenses 5:16).
- Dale gracias a Dios por las circunstancias que te rodean, incluso a pesar de cómo sean éstas (1 Tesalonicenses 5:17).
- Encuentra un lugar y día apropiado para lamentarte y para recuperarte de la pérdida (1 Reyes 19:1-10). Pero toma ese día, y luego deja este asunto en las manos de Dios.
- Preséntale tus heridas a Dios para que te sane en oración (Isaías 53:5; 2 Corintios 1:3-5).
- Cura tus heridas, exponiéndote a diario a la Palabra de Dios, ella te transformará y te hará sabio (Salmo 19: 7- 119:98 – Romanos 12:2)
- Trata de ver lo bueno en una situación negativa (Filipenses1:12-14).
- Sé un canal de bendición a los demás (Efesios 2:10; Filipenses 2:3-4).
¿Te sientes enfermo por las decepciones, heridas, fracasos, relaciones rotas, etc? Toma tus medicinas y recuerda que tener un «corazón alegre», siempre es una buena medicina para el alma.


LA PALABRA DE DIOS Y SUS OBRAS NOS DEBEN LLEVAR A DECLARAR QUE TENEMOS UN DIOS QUE ES MUY PODEROSO Y QUE ESTÁ DE NUESTRO LADO EL SALMISTA LO DICE EN EL SALMO 19.




 1  Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.  2  Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.  3  No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.  4  Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;  5  Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.  6  De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.  7  La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.  8  Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.  9  El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.  10  Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.  11  Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.  12  ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.  13  Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.  14  Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. 

lunes, 7 de mayo de 2012

LA VERDADERA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN:
1. Es la respuesta de Dios: Mt 21: 20-22.
 20  Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?  21  Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.  22  Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. 
2.  Jesús Oraba: Mr 6: 46, Lc 22: 41, Lc 6: 12.
46  Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; 
 41  Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,  42  diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.  
12  En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
¿ CÓMO CONTESTA DIOS LAS ORACIONES?
A. A veces dice sí:
1. Elías: St 5: 17-18.
LA ORACIÓN DE JESÚS EN GETSEMANÍ:
http://bbnradio.org.edgesuite.net/BBNOnDemand/htmfiles/spanish/S2SPEC.htm.
LA AGONÍA DE JESÚS.
Marcos 14: 32- 36.
14:32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro
14:33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 
14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 
14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
http://bbnradio.org.edgesuite.net/BBNOnDemand/htmfiles/spanish/S3SPEC.htm
LA INDIFERENCIA DE LOS DISCÍPULOS.
LA COBARDÍA DE LOS DISCÍPULOS.
Marcos 14: 37- 38, 50.
LAS BATALLAS LAS ENFRENTABA JESÚS POR MEDIO DE LA ORACIÓN.
14:37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 
14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil
14:50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
CUANDO ESTÉ PASANDO POR EL HUERTO DE GETSEMANÍ:
Dirijase en Oración y pídale que le ayude, pero recuerde que primero debemos someternos a su Voluntad.
Dios puede cambiar su Corazón.