sábado, 31 de marzo de 2012

OTRA OPORTUNIDAD ES LO QUE PEDIMOS A DIOS

"... no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él..." Hebreos 12:5
Sin querer, una mujer permitió que se vendieran unas valiosas joyas de la familia por diez centavos de dólar. Sucedió después de que las sacara de la caja de seguridad de un banco, para lucirlas en una boda. Cuando ella volvió a la casa, el banco estaba cerrado; entonces, puso las joyas en una caja vieja con elementos para afeitarse y se olvidó. Un día, le regaló la caja a una amiga que estaba recolectando cosas para una venta de artículos usados. Cuando la mujer se dio cuenta de lo que había hecho, las preciosas gemas ya habían sido vendidas por diez centavos a un desconocido.
En cierto sentido, su dolor es similar al de Esaú. Él también supo qué significa darse cuenta repentinamente que se ha perdido algo de gran valor (Génesis 25:29-34). Su decisión, apresurada, mala, su deseo solo de satisfacer sus apetitos y su posterior tristeza pueden ser una gran lección para nosotros creyentes en Cristo. Como dice W. Wiersbe: “Nosotros podemos olvidar nuestras decisiones, pero nuestras decisiones no nos olvidan a nosotros”, toda decisión tiene su consecuencia. Y aquellas decisiones que hacemos para gratificar apetitos, pueden constarnos bien caras. Otro comentarista hablando de la decisión de Esaú dice: “la gratificación de los apetitos ha arruinado miles de almas”. Debemos aprender a no perder privilegios espirituales, por deseos pasajeros que gratifican la carne. Si lo hemos hecho es necesario, no perder los beneficios de la disciplina divina (He. 12:5). Y esta pérdida es mucho peor que negociar joyas caras por casi nada.
¿Cómo podemos evitar esa pérdida innecesaria? Cuando pecamos:
a. Debemos estar dispuestos a aprender de la corrección de Dios (He. 12:11).
b. Debemos humillarnos y mostrar valor, para aceptarla (He. 12:12-13).
c. Debemos renovar nuestra vitalidad espiritual (He. 12:14).
Si reaccionamos bien ante la corrección del Padre Celestial, disfrutaremos de otra oportunidad y sin remordimientos.
Reflexión: No puedes dejar tus pecados atrás hasta que los enfrentes, los confieses, te arrepientas y apartes. ¡Aprovecha la oportunidad que Dios te ofrece hoy!

¿Cómo puedo vencer el pecado en mi vida cristiana?
La Biblia habla de los recursos que tenemos para vencer nuestra pecaminosidad:
(1) El Espíritu Santo: Es la persona que mora en nosotros y que Dios ha dado a Su iglesia, para ser victoriosos en el vivir cristiano. En Gálatas 5:16-25, Dios hace un contraste entre las acciones de la carne y el fruto del Espíritu. En ese pasaje, somos llamados a caminar en el Espíritu.
(2) La Palabra de Dios, la Biblia: 2ª Timoteo 3:16-17 dice que Dios nos ha dado Su Palabra para equiparnos para cada buena obra. Esto nos enseña cómo vivir y qué creer, nos revela cuando hemos escogido senderos erróneos, nos ayuda a regresar al sendero correcto, y nos ayuda a permanecer en ese sendero.
(3) La Oración: Este es otro recurso esencial que Dios ha dado. Nuevamente, este es un recurso que los cristianos mencionamos pero no lo ponemos en práctica, le damos un uso muy pobre. (Efesios 6:18).
(4) La Iglesia: Nuevamente, este último recurso es uno que tendemos a ignorar. Él nos manda a no dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10:24-25). Él nos manda confesar nuestras ofensas unos a otros (Santiago 5:16).

El cristiano, su lucha y su armadura: La vida cristiana no es “Todo diversión”, la realidad es que es “Un campo de batalla” los cristianos estamos inmersos en una guerra, pero la buena noticia es que Dios nos ha provisto todos los recursos necesarios para luchar y salir victoriosos.

miércoles, 28 de marzo de 2012

SEPARACIÓN ENTRE IGLESIA Y ESTADO

El juicio estaba llegando a su fin. Toda la evidencia pesaba en contra del acusado. La sentencia de muerte sin duda caería sobre Carlos Chambers. Había matado a una mujer de setenta años para robarle. Seguramente lo condenarían a la cámara de gas.

El fiscal, a fin de reafirmar su tesis, tuvo la ocurrencia de citar la Biblia: «Dios dice que el que derrama sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada.»

Ante esto el abogado defensor pidió que se anulara la sentencia, y el juez se vio obligado a conceder la petición. La ley dictaba que no se podía citar la Biblia para acusar a un hombre. Esto se debía a que en ese país había estricta separación entre Iglesia y Estado. Así que por referirse a la Biblia, el fiscal perdió su caso.

He aquí un caso interesante. Sucede en un país donde ocurren toda clase de argucias jurídicas extrañas, y se presta para una seria reflexión. Un asesino merece la pena de muerte. No debiera haber escape. Pero al citar la Biblia para condenarlo, se ponen en juego tretas jurídicas, y el hombre se salva.

Vale la pena preguntarnos: Al fin de cuentas, ¿en qué se basan las leyes humanas de todos los países del mundo para definir un delito? Si no puede citarse la Biblia en el juicio de un asesino, tampoco debe poder citarse para condenar a un adúltero, o a un mentiroso, o a un ladrón, o a quien sea culpable de cualquier delito.

Los Diez Mandamientos, que se encuentran en el Libro Sagrado, fijan y establecen la moral humana. Si no hubiera Biblia y no existiera ese Decálogo de Moisés, el hombre no tendría ley a la cual sujetarse. ¿Cuál sería el resultado? Se regiría sólo por la violencia y la fuerza. Su única ley sería su propio capricho personal.

En los días previos al diluvio universal, nadie obedecía a nadie. No había ley, no había moral, no había norma de vida. Regía sólo la violencia. Cada uno establecía su propia ley. Fue entonces que Dios envió el diluvio, para comenzar un nuevo pueblo.

Lo cierto es que aunque Dios jamás hubiera mandado a escribir sus mandamientos en tablas de piedra o en ninguna otra parte, el homicidio sería criminal, el adulterio sería inmoral, el robo sería ruin, y todo pecado sería maligno. Lo que no está escrito en tablas de piedra, está escrito en la conciencia humana. Y todos hemos violado la ley de la conciencia.

¿Habrá salvación para el pecador? Sí, la hay, con toda seguridad. Por eso dio su vida Jesucristo en la cruz del Calvario: para pagar el precio de nuestra redención. Podemos acudir a Él. Cristo murió por nuestra maldad. Por eso se llama Salvador. Rindámosle nuestra vida.

martes, 27 de marzo de 2012

TRES METAMORFOSIS

por Carlos Rey


Una pequeña oruga emprendió la marcha en dirección al sol. A la vera del camino se encontraba un saltamontes.

—¿A dónde vas? —le preguntó.

Sin dejar de arrastrarse, la oruga contestó:

—Tuve un sueño anoche: soñé que contemplaba todo el valle desde la cumbre de la gran montaña. Tanto me gustó lo que vi en el sueño que he decidido hacerlo realidad.

Mientras la oruga se alejaba, el saltamontes, sorprendido, se burló de ella:

—¡Estás loca! ¿Cómo vas tú a llegar hasta allá? Para ti, que eres un simple gusano, una piedra es como una montaña, un pequeño charco, como un mar, y cualquier tronco, como una gigantesca muralla.

La oruga oyó impertérrita sus reproches, sin dejar un solo momento de seguir arrastrando su diminuto cuerpo. De pronto oyó la voz de un escarabajo:

—¿A dónde vas con tanto empeño?

Bañada en sudor y jadeando, la oruga le explicó que había tenido un sueño en el que contemplaba todo el mundo desde la cumbre de la gran montaña, y que iba a escalarla para que ese sueño se hiciera realidad. El escarabajo soltó la carcajada y dijo:

—Ni yo, con estas patas tan grandes que tengo, intentaría realizar algo tan ambicioso.

Del mismo modo, a medida que la determinada oruga avanzaba centímetro por centímetro, la araña, el topo y la rana le aconsejaron que desistiera en su empeño.

—¡Ni en el jamás de los jamases podrás lograrlo! —le advirtieron.

Pero en lo más recóndito de su ser había un impulso que la obligaba a seguir adelante. Ya agotada y exánime, decidió detenerse a descansar. Con las pocas fuerzas que le quedaban, construyó un lugar donde pasar la noche. «Aquí estaré mejor», dijo. Pero durante la noche, murió.

Todos los animales del valle fueron a ver sus restos. ¡Ahí yacía, impasible en el refugio que era su concha, la criatura más loca de la creación! Había construido como su tumba un monumento a la insensatez, digno de quien muere por una ilusión.

Una mañana de sol resplandeciente los animales volvieron a congregarse en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos. La concha dura comenzó a quebrarse, y vieron unos ojos y unas antenas que no podían ser las de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de salir de su asombro, fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquella impresionante criatura que tenían enfrente, la que realizaría su sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

Así como Dios predestinó a las orugas a convertirse en lindas mariposas, también nos predestinó a los seres humanos a ser transformados conforme a la atrayente imagen de su Hijo.1 En otras palabras, Dios ha determinado que nuestro verdadero destino sea la gloria. Pero para llegar a esa gloria que nos tiene preparada, tenemos que seguir a Cristo, su Hijo. Porque de aquí a la gloria Cristo quiere transformarnos mental y espiritualmente,2 y antes de nuestra llegada, físicamente también. Ese día, cuando parezca que hemos muerto, Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo aún más glorioso que el de la mariposa, pues el nuestro no será frágil y perecedero, sino fuerte e inmortal.3 ¡Y en ese cuerpo glorificado coronaremos la gran montaña celestial!

1 Ro 8:29
2 Ro 8:30; 12:2
3 1Co 15:50-54

lunes, 26 de marzo de 2012

FLORES EN LA MARCHA NUPCIAL HACIA EL CIELO

Era el año 1952. Mientras las mujeres de las minas bolivianas hacían bombas caseras para abastecer al ejército del pueblo en su lucha contra los militares, las mujeres del valle de Cochabamba eran bombas a punto de estallar en su lucha contra otra injusticia perenne. Las unas luchaban, con bombas físicas, contra el latifundio y el miedo; las otras protestaban, con bombas folclóricas, contra el maltrato conyugal y la desvalorización de su condición humana. Las campesinas del valle no lanzaban sus bombas como las mineras del altiplano, alzándose en armas, sino alzándose con chicha y con coplas atrevidas al compás de acordeones y charangos mientras encendían velas y bailaban en torno a una imagen del Crucificado. Eso hacían durante las ceremonias de homenaje al Cristo de Santa Vera Cruz.
Las jóvenes solteras comenzaban pidiéndole a Cristo un esposo que no las hiciera llorar, una mula cargada de maíz, una oveja blanca y otra negra, y una máquina de coser. Luego, con voz estridente en son de protesta y siempre en su propia lengua, cantaban prometiéndole que amarían al esposo y le servirían bien en la mesa y en la cama, aunque no querían asumir la vida de una apaleada bestia de carga. Pero al cantarle a ese Cristo patético, le lanzaban bombas de burla tratándolo de macho desnudo, estragado por los años y los insectos, que en la cruz dormía o se hacía el dormido. Así rezan algunas coplas selectas de su altiva protesta:
«Floja, floja», estás diciendo,
Santa Vera Cruz, Papito.
Pero más flojo eres tú
que estás parado durmiendo.
Tú no me quieres soltera.
Me condenas a los hijos,
a vestirlos mientras vivan
y enterrarlos cuando mueran.
¿Me vas a dar un marido
que me azote y me patee?
¿Por qué la flor que se abre
marchita marcha al olvido?1
Aunque muchos no lo reconozcan, a esa dramática escena la empaña una tristeza aún mayor: el hecho de que al maltrato del que es víctima la mujer se sume la aparente indiferencia del maltratado Cristo. ¡Qué trágico que esas pobres mujeres quechuas no hayan comprendido que el Hijo de Dios, el Varón supremo de la creación, se sometió a que los hombres lo maltratáramos de la peor manera imaginable precisamente para poder comprenderlas a ellas en sus momentos de angustia al ser maltratadas por su esposo! Al verlo en la cruz, lo culparon de inercia respecto a las acciones de sus maridos, en vez de atribuirle la acción incomparable de dar su vida para que ellas pudieran tener vida abundante, si no en esta vida, que pronto pasa, al menos en la venidera, que nunca se acaba.2 Lamentablemente le echaron la culpa porque no entendieron que ese Cristo que sufrió y murió en la cruz se dejó maltratar para que las flores marchitas como ellas tuvieran quien las recordara y renovara en esta vida y quien, en la que viene, las llevara del brazo rejuvenecidas en la marcha nupcial hacia el cielo.


1Federico Aguiló, «Significado socio-antropológico de las coplas al Cristo de Santa Vera Cruz», ponencia al II Encuentro de Estudios Bolivianos (Cochabamba: 1984), citado en Eduardo Galeano, Memoria del fuego III: El siglo del viento, 5a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1987), pp. 173-74.
2Jn 3:16; 10:10

sábado, 24 de marzo de 2012

CUANDO NOS DAÑAN

"… si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios" 1 Pedro 2:20
Es natural que querramos defendernos de la injusticia y devolver el golpe. Pero, si nos quedamos tranquilos y somos pacíficos cuando otros nos maltratan y nos persiguen, estamos respondiendo con una actitud cristiana, lo cual no siempre conseguimos hacer.
Sin embargo, Dios quiere desarrollar en nosotros cualidades que no son naturales en nuestra vida, debido a eso enfrentamos en muchos momentos, muchas luchas internas. Cualquier persona puede ser paciente cuando las cosas salen como quiere, lo difícil es estar bien cuando las cosas van aparentemente mal.
Las mayores virtudes para desarrollar en estos tiempos de turbulencia, es permanecer en calma, ceder derechos, tener paciencia y soportar la provocación. Pedro nos dice que si soportamos esto, somos aprobados delante de Dios (1 Pedro 2:20).
Fénelon, un teólogo del siglo XVII, lo expresó así: "No te molestes tanto cuando te defrauden los hombres y las mujeres malvados. Déjalos que hagan lo que quieran; sólo procura hacer la voluntad de Dios. Tus recompensas por cada cosa mala que te hagan serán, una paz silenciosa y una dulce comunión con Dios. Fija la mirada en Él". El Señor permite que aparezcan situaciones dolorosas en tu vida, y según Fénelon, "lo hace para beneficiarte". Lo que sucede es que no le creemos a Dios cuando nos dice: “todas las cosas les ayudan a bien..Ro. 8:28". No siempre obra para el bien que nosotros pensamos o deseamos, sino "para que sean hechos conforme a la imagen de su hijo... Ro. 8:29", y ese es el mayor bien que puede obtener un hijo de Dios del Padre Celestial.
Además cuando respondemos a la injusticia con una conducta cristiana, nuestra ansiedad, inseguridad y pesimismo se convertirán en tranquilidad, estabilidad y esperanza.
Posiblemente te preguntes: ¿Por qué ataco ferozmente cuando me maltratan? ¿Por qué soy tan presto a defenderme o a vengarme? . ¿No será acaso porque valoramos mucho nuestra comodidad, derechos propios y que somos egoístas?
Si es así, debemos orar haciendo eco de las palabras de Agustín "Sáname de esa ansia pecaminosa que tengo de querer vindicarme siempre". Y busca practicar las palabra de Juan el bautista: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Jn. 3:30).
Reflexión: La mejor manera de responder al mal es haciendo el bien.
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Ro. 12:17,21).

El deseo del corazón de Dios respecto al perdón:
-Dios ordena que nos perdonemos unos a otros. (Efesios 4:32)
-Dios quiere que perdonemos a los demás, porque él nos perdona a nosotros primero. (Colosenses 3:13)
-Dios quiere que entendamos que la falta de perdón es un pecado. (Santiago 4:17)
-Dios quiere que perdonemos antes de que la gente que amamos sea más afectada. (Hebreos 12:15)
-Dios quiere que hagamos nuestra parte para vivir en paz con todos los demás. (Romanos 12:18)
-Dios quiere que venzamos con el bien el mal. (Romanos 12:21)
-Dios quiere que seamos libres para adorarle en honestidad y verdad. (Mateo 5:23–24)
Autor: Esperanza para el corazón.

viernes, 23 de marzo de 2012

HASTA LA BASURA SIRVE PARA ALGO

Mirar desde la ventana de ese sexto piso era ver un paisaje gris y sombrío. Porque la ventana de ese apartamento daba a un oscuro callejón del barrio de Harlem, Nueva York. Y el callejón era, en sí mismo, un enorme depósito de basura infestado de ratas.
Fue por esa ventana, a treinta metros de altura, que cayó el pequeño Ramal Gentry, de dos años de edad, hijo de Rhonda Gentry. Pero la basura lo recibió blandamente, como los brazos mismos de su madre, y el pequeño no sufrió más que el susto. «Dios y la basura —declaró después la madre— hicieron el milagro.»
Es interesante cómo aquello que tenemos por inservible viene a veces a salvarnos de algún desastre. Se supone que la basura no sirve para nada. Por eso la quitamos de la casa, la metemos en bolsas plásticas o de papel y la llevamos a un basurero. O la dejamos en el sitio indicado para que la recoja la municipalidad.
Las grandes ciudades del mundo recogen cada día millones de toneladas de basura y la llevan lejos, para que no ofenda a nadie. Pero con esa basura se rellenan terrenos baldíos, o se pone la base para nuevos caminos, o se quema y se saca de ella energía.
En el caso del pequeño Ramal, la basura sirvió para salvarle la vida y para que su madre elevara una oración de gratitud a Dios.
En la célebre parábola del hijo pródigo relatada por Jesucristo, se cuenta del joven que vivió perdidamente derrochando toda su herencia. Lo gastó todo hasta que se vio pobre y derrotado, cuidando cerdos y comiendo basura. Pero esa miserable situación sirvió para que el pródigo tuviera una reacción moral, que lo hizo regresar a la casa de su padre y al albergue de la familia.
¿Será posible que nos hallemos hoy en medio de lo que consideramos un montón de basura? Es más, ¿nos consideramos nosotros mismos basura? Quizá la vida nos haya vencido. Quizá los vicios nos tengan derrotados. Quizá nos hallemos quebrantados, amargados, desalentados. Quizá hayamos perdido toda esperanza de recuperación y aun todo deseo de vivir.
Ha llegado entonces el momento de reaccionar. Ha llegado el momento de pedir socorro divino. Ha llegado el momento de confesar, como el hijo pródigo: «He pecado contra el cielo y contra ti» (Lucas15:21). Y clamar: «¡Ayúdame, Señor!» Jesucristo puede sacar a todo ser humano de cualquier basurero, no importa lo grande o maloliente que sea. Basta con que clame a Dios en medio de su dolor. Él sólo espera oír su clamor.

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿HAGO LO QUE PUEDO ó HAGO LO QUE DEBO?

Hace poco me encontré con un amigo a quien hacía tiempo no veía. Le pregunté cómo se encontraba y su respuesta fue, "Pues, ahí la llevo… hago lo que puedo". Su respuesta me dejó pensando en mi propia experiencia.

¿A poco no es así cómo vemos la vida en ocasiones? Nos esforzamos por obtener el sustento, atender a nuestro cónyuge, ayudar a los hijos con sus tareas y mantener una buena relación con nuestros familiares y amigos. Pero al final del día, nos sentimos exhaustos, sabiendo que el día siguiente la rutina será la misma.

Muchas personas piensan que sus vidas son repetitivas, monótonas o también, si así decirlo, aburridas. Y en su afán por encontrarle significado y propósito a sus vidas, se deprimen al pensar que por más que lo intenten, la vida siempre será así, vacía y carente de sentido.

Sin embargo, quiero decirle que si usted es cristiano, y tiene una relación personal con Jesucristo, su vida no tiene por qué ser así. ¿Por qué digo esto? Porque el cristiano debe vivir una vida abundante.

La vida en abundancia incluye paz, propósito, destino, un propósito genuino para vivir, el gozo de enfrentar cualquier adversidad —incluyendo la tumba— sin temor, y la capacidad de soportar la adversidad con confianza segura. Y sin embargo no tenemos que esperar hasta el fin de nuestra vida física para recibir esta abundancia y disfrutarla. Está disponible hoy para todo aquel que confíe en Jesús.

Tristemente, quienes no conocen a Cristo, no tienen idea de lo que la vida es en realidad, sea la vida terrenal y mucho menos la vida eterna. Observe lo que dice Juan 3:36: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida…" Y 1 Juan 5:11: "Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo". Y por si eso fuera poco, el siguiente versículo dice: "El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida".

¿Conoce a alguien, aparte de usted que necesite oír esto? Puede ser un familiar o un amigo cercano. Un vecino o alguien en el trabajo. Al igual que mi amigo, ese familiar o amigo probablemente está haciendo en su vida lo mejor que puede, en lugar de lo que debe. Algunas personas pueden aparentar que todo va bien, pero usted sabe que muchas veces las apariencias engañan. Si usted tiene a Cristo, entonces tiene la respuesta que ellos andan buscando.

Puede ser que no sepa cómo compartir esta respuesta con ellos. Tal vez no sepa ni cómo empezar. Por esa razón, deseo hacerle llegar un material que le capacitará para compartir el mensaje más importante que existe. Me refiero a la vida abundante que Dios ofrece por medio de Cristo Jesús.

Con mucho gusto quiero hacerle llegar el libro titulado Lo hizo por ti, del pastor Max Lucado. En mi opinión, es una herramienta muy eficaz que usted puede usar para "responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes" (1 Pedro 3:15).

Nuestro ministerio de Visión Para Vivir contiene muchos otros recursos para ayudarle a comunicar con precisión las buenas nuevas de la Salvación de Jesucristo, y la vida abundante que Él le ofrece. Estamos aquí para ser su apoyo y equiparle para que usted también ministre a otros. Y aunque nuestros gastos para producir materiales y hacer que nuestro programa radial siga al aire son enormes, gracias a sus oraciones y ofrendas monetarias, nuestro buen Dios siempre provee lo necesario para cubrir nuestros costos mensuales. Por eso le agradecemos profundamente su apoyo, y le pedimos que por favor continúe ayudándonos este mes con sus oraciones y donaciones. En agradecimiento por su apoyo económico le enviaremos este pequeño libro de Lo hizo por ti.

Cuando usted reciba este material, no lo guarde en su biblioteca personal…¡léalo! Analícelo, medite en sus palabras y deje que esas palabras impacten su corazón. Luego, le animo a compartirlo con alguien más. Estoy convencido que será de mucha edificación par usted y la persona con quien lo comparta al darse cuenta de cuan grande y abundante es en realidad el regalo de la vida eterna que Dios ofrece por medio de Su Hijo Jesucristo.

Y recuerde, Jesús ha venido para darle vida… y una vida en abundancia. Así que deje de hacer lo que puede y haga lo que debe… ¡Viva abundantemente!

En el leal amor de Cristo,

lunes, 19 de marzo de 2012

UN MAESTRO EFECTIVO

"¿Por qué te abates, oh alma mía...? Espera en Dios; porque aún he de alabarle" Salmo 42:5.
El orador en la ceremonia de graduación de una escuela secundaria era el presidente de una gran corporación. Se le eligió para la ocasión debido a su éxito. Pero su discurso vino con un deseo de lo más inusual para los graduados.
El orador les dijo a los estudiantes que estaban sentados delante de él con sus togas y birretes: "Si yo pudiera desear algo para ustedes ahora que salen al mundo, sería ésto: Espero que fracasen! Espero que fracasen en algo que sea importante para ustedes! Prosiguió diciendo cómo su propia vida había sido un fracaso tras otro, hasta que aprendió a ver el fracaso como un maestro efectivo.
Muchos de los cánticos de Israel se originaron en épocas de fracaso y desesperación, en esas instancias surgió el clamor y luego alabanza que glorifico a Dios: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Salmo 32:1-2). Algunas veces no estamos listos para ver la maravilla de la sabiduría y la fuerza de Dios hasta que estamos jadeando exhaustos porque nos hemos quedado sin fuerzas. Pero en esos momentos, cuando nos quedamos sin fuerza, es cuando Dios actúa por y a través de nosotros, el profeta dice: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is. 40:29). La historia en la Biblia muestra recurrentemente como distintos hombres de Dios, fueron caminando por valles de fracaso y montañas de fe.
Antes de descubrir el terreno elevado que estamos buscando, puede que tengamos que ver el fracaso de los sueños que albergamos en nuestros corazones. Estos serán momentos en los cuales debemos confiar en el amor, la sabiduría, y la guía de nuestro Dios. Estos valles del fracaso deben ser momentos para acercarnos mucho mejor a Dios, y depender más de Él, debido a que ese es su amado propósito.
Reflexión: Aprende, crece e invierte tiempo en la presencia y con la Palabra de Dios en tus fracasos, o fracasarás en tu peregrinar en esta vida.

ALGUNAS RAZONES BÁSICAS del FRACASO
Generalmente fracasamos por el pecado del orgullo, junto a esto tenemos algunas razones:
- Olvidamos que dependemos en todo de Dios (Stg. 4:2).
- Rehusamos pedir auxilio o ayuda (Pr. 15:22).
- Dependemos del esfuerzo personal o de nuestra carne (Gá. 3:3).
- Nos preocupamos mas por el elogio de los hombres, que por agradar a Dios (Jn. 12:43).
- Esperamos la alabanza y el reconocimiento personal (Lc. 14:11).
Versículo clave para memorizar: “pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13,14).
Peldaños para el cambio que nos enseña el apóstol Pedro:
- Humíllese delante de Dios y de los demás (1 P. 5:6).
- Deposite su temor y desilusión en las manos del Señor. (1 P. 5:7).
- Aleje de su mente malos pensamientos y al diablo (1 P. 5:8).
- Acérquese a los cristianos que sufren (1 P. 5:9).
- Busque al Dios de toda Gracia para ser restaurado (1 P. 5: 10).

jueves, 15 de marzo de 2012

EL MATRIMONIO FELIZ

http://cvclavoz.com/blog-cvc/deseos-destructivos/.
Hay una cosa en el universo que es quizá de más importancia y hermosura que todas las demás. Es parte de la creación divina, con el propósito de llenar el corazón humano de alegría genuina, de gozo, satisfacción y tranquilidad de espíritu. Se trata del Matrimonio humano. El Matrimonio, la unión de un hombre y una mujer, fue introducido en las relaciones humanas para felicidad de todos.
Debemos volver a los fundamentos que Dios puso en su preciosa creación.
El Matrimonio feliz es producto de la sabiduría divina y por esa sola razón tiene más mérito que miles de leyes promulgadas por el hombre para llevarse bien con los demás.
Cuando Dios creó al hombre lo adorno con ciertas características sublimes y magnificas y una de ellas era su necesidad del sexo opuesto, no solo para reproducirse a sí mismo, como en el caso de los animales, sino para su felicidad en un mundo que fue creado para él y para llevar a cabo las funciones de representante de Dios.
El hombre y la mujer fueron creados para ser mutua satisfacción, para complacerse el uno al otro y complementarse en las vicisitudes de la vida.
El matrimonio no es sexo solamente sino mucho más que eso y todo matrimonio feliz debe de comprenderlo antes de disfrutar su felicidad.
El Matrimonio es de origen divino, y es una verdadera desgracia que algunos pensadores modernos proclamen lo contrario, al punto de que aun en nuestros días haya quienes lo consideran como ciudadanía de segunda clase o categoría.
El Matrimonio es ciudadanía de primera, es natural, es indispensable para el hombre y la mujer, es lo ideal del ser creado a la imagen de Dios. Quien afirme lo contrario está negando los principios fundamentales del creador del universo.
Qué momento tan especial, aquel en que Dios unió en Matrimonio a Adán y Eva, aquella primera pareja que se convertiría en la primera pareja, que se convertiría en la primera familia, la primera comunidad, la base de una sociedad, de pueblos, naciones, un pueblo elegido por Dios (Israel) y la iglesia de Jesucristo.
Ese Matrimonio que se realizó en el Edén, tuvo por testigo al mismo Dios, sus ángeles y todos los animales que estaban a su lado; algunos animales seguro fueron invitados a esa boda, si fue en el día el sol dio toda su luz brillante y maravillosa, y si fue en la noche, la luna y las estrellas y el canto de los pájaros trinaron como orquesta a una sola voz: Felicidad les deseamos para toda la vida, hasta que la muerte los separe. Rescatemos hoy la dimensión del matrimonio.
Vivan juntos en armonía, vivan juntos en Amor, como si tuvesen una sola mente y un solo espiritu para los dos".Fi 2:2
Jesucristo nos ha dado a los hombres un vaso frágil para cuidadr y no quiere que se rompa en nuestras manos.
UNA ANALOGIA ESPECIAL: JESUCRISTO Y LA IGLESIA- EL ESPOSO Y LA ESPOSA:
1.Someteos los unos a los otros.

21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Efe 5:21-33.
El orden y los valores de DIOS:
- SOMETIMIENTO
- SUGESION
- LIDERAZGO
- AMOR
- ENTREGA
- SANTIFICACION
- PURIFICACION
- GLORIA
- SUSTENTO
- CUIDADO
- INDEPENDENCIA
- UNIDAD
- RESPETO
- SACRIFICIO
- VERDAD
- FIDELIDAD

FUNDAMENTOS DEL MATRIMONIO:
Una de las bases del matrimonio es el Amor y otra es que Dios junta a dos personas para toda la vida:
24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Gen 2:24.
1.Dejará el hombre a su padre y a su madre.
El matrimonio es la más importante de todas las relaciones.
2.Y se unirá a su mujer...
El matrimonio es la más permanente de todas las relaciones humanas.
3.Y los dos serán una sola carne...
El matrimonio es la más intima de todas las relaciones humanas.
CONSEJOS FINALES DE DIOS:
1. AME A SU MUJER:
- Diariamente decir "te amo"
- Diariamente darle abrazos y afecto
- Diariamente apartar tiempo exclusivamente para hablar
- Diariamente trabajar duro y proveer para las necesidades de hogar
2. RESPETE A SU MARIDO:
- Diariamente permitirla asuir el liderazgo
- Apoya sus decisiones
- Mantenerte atractiva y satisfacerle sexualmente
- Preparar comida sabrosa y mantén la casa limpia y ordenada
3. CONSEJO PARA LOS DOS:
- Pasar tiempo con Dios diariamente
- Admitir tua fallas
- Perdonar y no guardar rencor
- Nunca dormir sin resolver cualquier ofensa
El amor es la esencia de la vida. Desgraciadamente el amor bueno e inmutable ha perdido su lugar en una sociedad donde la lascivia y la lujuria predominan. Pero no ha perdido, ni puede nunca perder, su refulgencia y su gloria, precisamente por su carácter íntegro, puro y santo.

Amor así no viene por sí solo. Hay que cultivarlo y hay que sustentarlo. Pero ese es el amor que une profundamente al hombre y a la mujer, que dignifica el matrimonio y que honra a Dios. Es también el amor que sobrelleva la enfermedad, que soporta la pobreza y que sobrevive toda tempestad.

A todo esposo y a toda esposa les conviene vivir esa clase de amor. Dios quiere que el amor de toda pareja sea así, y Él desea, intensamente, dárselo a cada una. Él hará que su matrimonio sea uno de armonía y permanencia, y transformará su unión en remanso de paz. Pero los dos cónyuges, juntos, tienen que desearlo y pedirlo.

Ahora es el tiempo de edificar un hogar sólido. Todo matrimonio puede lograrlo. Sólo hay que dedicar algún tiempo del día para hablar los dos con Dios, haciendo de Él el huésped permanente del hogar.

La preeminencia del amor
1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Dios nos hizo diferentes para poder hacernos uno (ver 1 Pedro 3:1, 7). Hizo al esposo con un duro exterior y a la mujer más gentil, pero no inferior. El marido es la cabeza del hogar, como Jesús es la cabeza de la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella (ver Efesios 5:23-25). A la mayoría de mujeres no les importa someterse al hombre que les ama lo suficiente como para morir por ellas y lo demuestra por la manera en que viven para ellas.

CULTIVE EL CONTENTAMIENTO

Un hombre sabio una vez dijo: “A quien lo poco no le es suficiente, nada es suficiente.” Si usted no tiene cuidado, su matrimonio será “hasta que las deudas los separen”. Aprenda a estar contento (vea Filipenses 4:11-13). ¿Sabe cuánto pagué por el anillo de compromiso de Joyce? Cien dólares. No tenía ni dinero en efectivo ni tarjeta de crédito. Lo que hice fue ir pagando semanalmente ese anillo.

ELIMINE LA AMARGURA

No hay problemas demasiado grandes para resolver, sólo gente demasiado pequeña para resolverlos. Si elimináramos la amargura y atacáramos el problema, en vez del uno al otro, nuestras familias estarían mucho mejor. No vayan a la cama disgustados, dándose las espaldas. Efesios 4:26 dice. “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.” Joyce y yo hemos tratado de practicar eso. Algunas veces hemos estado levantados por [horas] seguidas, ¡pero hemos resuelto nuestras amarguras!

CONTINÚE LA COMUNICACIÓN

La comunicación es tan importante porque es lo que verdaderamente construye la intimidad en un matrimonio. Primera Pedro 3:8-10 tiene mucho que decir acerca de la comunicación que una pareja necesita tener a fin de gozar de un amor perdurable. Una manera en que podemos construir la comunicación, es teniendo una buena vida de “citas”, y hay cuatro clases de citas que todos necesitan tener: primero, cada cónyuge necesita tener una cita diaria con Dios; segundo, si la pareja tiene hijos, necesita tener una cita periódica con cada uno de ellos; tercero, cada cónyuge debe tener una cita consigo mismo y, cuarto, las parejas deben tener una cita entre ellos.

REFRESQUE EL ROMANCE

Joyce y yo verdaderamente tratamos de que nuestro “noviazgo” continúe. Muchas veces, yendo hacia casa, le llamo y le dijo: “El carro del amor está rumbo a casa. Casi no puedo esperar a llegar. Así que, ¡prepara tus labios!” Y para los esposos quiero añadir lo siguiente: nunca deje de cortejar a su esposa, y nunca corteje a ninguna otra mujer. No les diga a sus compañeras de trabajo, o a las meseras en el restaurante, “Cariño”, porque solamente su esposa lo es. La Palabra de Dios dice que “los esposos deben dar honor a sus esposas”, lo cual significa respeto y cortesía siempre. Abra las puertas para ella, y no sólo cuando otras personas están mirando.

PRACTIQUEN LA ORACIÓN

Primera Pedro 3:7 dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” Para los hombres que puedan estar leyendo esto, déjenme decirles que la mayoría de los hombres no quieren orar con sus esposas, porque tenemos un exterior muy duro. Con todo, esposos, les imploro que se humillen y se pongan de rodillas, con sus esposas, y practiquen la oración. Déjele saber que usted ora por ella. Deje que ella escuche el desbordarse de su corazón ante Dios. Eso le dará a ella gran confianza y consuelo.

Si usted está casado o planifica el casarse, espero que usted ore acerca de estas cosas para tener un
Matrimonio feliz.

UN EJEMPLO ESPECIAL:

UN MATRIMONIO SÓLIDO COMO LA PIEDRA


Katsusaburo Miyamoto, japonés residente en Argentina, contempló largo rato a su esposa Carmelina. La contempló como sólo puede contemplar a su esposa un hombre muy enamorado de ella. Pero Carmelina no podía contemplarlo ya más a él. Estaba muerta.
Katsusaburo no quería perder a su esposa, así que la embalsamó él mismo, aplicando sus conocimientos científicos como investigador del frigorífico Swift, y la dejó en una sala de su casa. Ni siquiera denunció su muerte. Para él, ella no había muerto. Carmelina aún vivía.
Cuarenta y cinco años después, ya anciano y vuelto a su país natal para morir allí, Katsusaburo dio órdenes de que llevaran el cuerpo de Carmelina, ya petrificado, al Museo de la Facultad de Medicina de Rosario. Allí permanecerá, hasta el fin de todas las cosas.
La Biblia contiene una poderosa descripción del amor conyugal. Dice así: «Fuerte es el amor, como la muerte... Como llama divina es el fuego ardiente del amor» (Cantares 8:6). Para aquel científico japonés, de nombre extraño y ciencia larga, su matrimonio no podía, no tenía que terminar con la muerte. Él debía de alguna manera conservar a su esposa.
Así que la embalsamó. Lo hizo con un procedimiento propio, y conservó el cuerpo en su casa. Renunció a toda otra mujer y se mantuvo fiel a su amada. No le importó que ella fuera de otra raza, otra cultura y otra religión, pues para él, el amor no contempla barreras.
Pocos matrimonios hay como ese, sólidos como la piedra misma en que se convirtió el cuerpo de Carmelina. Otros matrimonios parecen hechos de barro, de arcilla, de loza o de vidrio. Se trizan al primer golpe y se hacen añicos.
¿Qué hay que hacer para tener un matrimonio sólido y estable, que perdure como el granito? ¿Qué hay que hacer para resistir los golpes y las pruebas, las malas rachas de la vida y los vendavales que a veces atacan el matrimonio?
El amor es fundamental. Pero también vale, y vale mucho, la fe religiosa y el sentido del matrimonio que nos inculca. Cuando consideramos al matrimonio algo sagrado, instituido por Dios, que tiene carácter de permanente, entonces hay cimientos para construirlo de modo que sea perdurable.
Hagamos de Cristo nuestro Salvador y nuestro Señor. Entreguémonos a Él de todo corazón y sometamos nuestra vida conyugal a su dirección divina. Esa es la fórmula para el éxito de nuestro matrimonio.








amor que perdure.

miércoles, 14 de marzo de 2012

«SIEMPRE PODRÁS CONTAR CONMIGO»

por Carlos Rey

El 7 de diciembre de 1988, a las 11:41 de la mañana, el país de Armenia fue sacudido por dos terribles terremotos. En el espacio de cuatro minutos dejaron un saldo de más de veinticinco mil muertos. Por lo menos diecisiete mil de los que perecieron eran niños y adolescentes que se encontraban en la escuela.

En medio de la devastación y del caos, un hombre corrió a la escuela donde estudiaba su hijo, pero la encontró derrumbada. En eso recordó la promesa que le había hecho a su hijo: «¡Pase lo que pase, siempre podrás contar conmigo!», e hizo un gran esfuerzo por contener las lágrimas porque tenía que armarse de valor.

Se apresuró hacia la parte del edificio en que se encontraba el aula del niño, donde lo dejaba cada mañana que lo llevaba a la escuela, y allí comenzó a cavar desesperadamente entre los escombros. Mientras cavaba, iban llegando padres angustiados que gritaban:

—¡Ay, mi hijo, mi hija!

Y se deshacían en llanto.

El capitán de los bomberos le advirtió:

—Con las explosiones y los incendios que se están dando por todas partes, está usted corriendo peligro. Deje que nosotros nos encarguemos de esto.

Pero aquel padre no le hizo caso, sino que volvió a la tarea de cavar en busca de su hijo, quitando una piedra tras otra. Cavó ocho horas... doce... veinticuatro... y finalmente, después de treinta y ocho horas de arduo trabajo, levantó un bloque de concreto y oyó la voz de su hijo.

—¡Armando! —gritó el padre.

—¿Papá? ¡Estoy aquí, papá! Yo les dije a los otros niños que no se preocuparan, que si tú estabas vivo, me rescatarías a mí y ellos se salvarían también. Porque tú me prometiste: «¡Pase lo que pase, siempre podrás contar conmigo!» ¡Y lo cumpliste, papá!

—¿Cómo están, Armando?

—Aquí estamos catorce de los treinta y tres que había en mi clase, papá. Tenemos miedo, hambre y sed. Pero ante todo, nos alegramos de que nos encontraste. Cuando se derrumbó el edificio, se formó como un triángulo alrededor de nosotros, y eso nos salvó.

—¡Ya puedes salir, hijo!

—No, papá. Que salgan los otros primero. ¡Pase lo que pase, yo sé que siempre podré contar contigo!1

Eso mismo sentimos los que tenemos a Dios por nuestro Padre celestial. Así como lo expresó el salmista David, también nosotros podemos decir: «El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; / es mi Dios, el peñasco en que me refugio. / Es mi escudo, el poder que me salva, / ¡mi más alto escondite!... / La tierra tembló, se estremeció; / se sacudieron los cimientos de los montes.... / Extendiendo su mano desde lo alto, / tomó la mía y me sacó... a un amplio espacio; / me libró porque se agradó de mí.... / la palabra del Señor es intachable. / Escudo es Dios a los que en él se refugian.... / ¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!»2




1.Sal 18:2,7,16,19,30,1

lunes, 12 de marzo de 2012

LA SIEMBRA DE LA PALABRA

LOS DIFERENTES SUELOS:
PREDICACIÓN: IGLESIA DE SANTA ROSA DE OSOS- MARZO 17/2012.

A. SALUDO
B. Lectura Bíblica: Mar 4: 1-20 y Mt 12: 1-23.
C. Título: Cuatro respuestas del corazón a la palabra sembrada.
D. Oración.

Parábola del sembrador


(Mt. 13.1-23; Lc. 8.4-15)

1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. 2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: 3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. 5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6 Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. 10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. 13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Propósito de las parábolas




(Mr. 4.10-12; Lc. 8.9-10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 11 El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. 16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

INTRODUCCIÓN:

A todo el mundo le gustan las Historias. Un Hombre tenía una tierra y la vendió para ir a buscar un Tesoro y fue a tierras lejanas y después de muchos años de trabajo, no lo pudo hallar. Pero la persona que le compró la tierra, un día recorriendo el campo encontró una piedra que luego de ser limpiada resultó ser una Gema y más tarde ésta tierra se convirtió en la Mina más productiva de esa Nación.
Cuando uno está contando una Historia, todo el mundo le está poniendo atención.
¿ Qué son las Parábolas ?: Es una Historia terrenal con significado Celestial.
Jesús enseña a través de Parábolas, de Historias.
- Ve 1 Otra vez empezó Jesús a enseñar
Es fascinante que el púlpito que utilizó Jesús es un Bote.
Ve 2 Y les enseñaba en Parábolas sobre sus Doctrinas.
¿ Por qué en Parábolas ?.
Porque estaba al aire libre, ya no lo hacía en las Sinagogas.
Jesús empieza a contar Historias y con éstas Historias esconde las verdades del Reino de los Cielos. Se convierte en un misterio; pero para los Discípulos no se hacía extraño.
Muchos de los que le seguían, no creían en el Reino de los Cielos.
Ve 3 Oíd, he aquí, miren, escuchen, espero que presten atención, vean algo nuevo, diferente.
Un ejercicio de pensamiento, una reflexión; que mejor que una ilustración del hecho.
Jesús utiliza la naturaleza, el camino, las aves, los frutos, las piedras, el campo, el sol, los sembrados. La multitud que estaba allí era campesina, conocía de las labores del campo, conocían todos los términos, hacían parte de su trabajo.
Sembrar era una costumbre: La semilla se lanzaba, o se utilizaba un asno y los costales llevaban orificios y a medida que el animal andaba, la semilla caía en el campo.
Ve 4 Un suelo duro, que todo el mundo pisa, allí es difícil que crezca algo, se vuelve con el tiempo como una pasta, es necesario primero remover esa tierra y mojarla.
Ve 5 Un suelo en pedregales, no sólo no hay profundidad, sino que además, no es aconsejable sembrar sobre piedras duras.
Ve 6 El sol cuando cae en forma directa sobre un planta sin raíces, la seca instantáneamente.
Ve 7 Un suelo sucio, contaminado y con maleza, ahoga y estrangula la semilla.
La maleza crece sola, no es necesario regarla ni echarle agua.
Vemos crecer la maldad con mayor rapidez que la virtud y la bondad.
Ve 8 Buena tierra, buen fruto, abundante y continuo.
Produjo a 30, a 60 y a 100 por uno. Tierra buena da producto fértil y nuevas semillas sanas.
Usted y yo somos el suelo, la tierra; se necesita alguien diligente que mantenga el suelo en buenas condiciones.
La semilla es la Palabra y siempre es buena y fértil; y nosotros podemos ser sembradores y servir en esos campos donde Jesucristo está podando y limpiando los campos y también podemos ayudar a recoger las cosechas.
Podemos decir que allí puden haber cuatro personas con diferentes respuestas a la presentación de la Palabra o una sola persona con cuatro respuestas diferentes.
Podemos responder:
1. Como un Suelo duro
2. Como un Suelo pedregoso
3. Como un Suelo con espinos
4. Como un Suelo de tierra abonada, buena que da fruto al 30, 60 y 100 por uno.
Las cuatro respuestas a la Siembra de la Palabra la podemos ver así:
1. Ve 15 Un corazón que no responde, un corazón endurecido y la Palabra no penetra en él.
¿ Qué cosas en su vida hacen que usted no responda a la Palabra ?.
Existen muchos factores:
a. Una mala influencia hace que se endurezca el corazón, amistades con costumbres o hábitos malos endurecen nuestro Suelo; esto ocurre con los adolescentes que los amigos los impactan y los entretenimientos los condicionan.
b. La segunda influencia es la cercanía con los amigos nos endurecen o nos ablandan- Pro 27: 27.
El compartir los entretenimientos como: el cine , la tv, los juegos, las fiestas, el licor; lo que el mundo me ofrece en forma permanente, la influencia de los medios de comunicación, los lugares que visitamos, lo que escuchamos y leemos.
c. La tercera influencia es la vida de pensamientos pecaminosos:
El pecado, las amarguras y los resentimientos hace que éste Suelo sea cada día más duro.
Allí necesitamos una Dinamita y ésta es la obra del Espíritu Santo para que ablande ese corazón endurecido.
Ve 16-17 Una segunda respuesta es la del corazón impulsivo.
Se siembra en pedregales, y se recibe con gozo, pero cuando vienen las dificultades, la pruebas, se escandalizan y desmayan, se desaniman.
Se sienten bien como Cristianos, creen que todo es fácil, viven confortables, pero con el primer inconveniente dejan de ser confortables, reniegan y huyen; creen que ser creyente es confortable y les trae una vida de tranquilidad, no son revolucionarios, ni asumen retos.
Ve 18- 19 La tercera probable respuesta es la de un corazón preocupado.
La preocupación por las cosas materiales, los afanes, las codicias ahogan la Palabra.
El magnetismo del materialismo tan común en nuestros días los atrapa.
Escuchan la Palabra y la semilla se introduce en la tierra pero las preocupaciones ahogan las buenas intensiones y olvidan el primer Amor.
Ve 20 La cuarta respuesta a la siembra de la Palabra. Los que la oyeron , la reciben y dan fruto al 30, 60 y 100 por uno. Esta tierra es fértil, permite que la semilla penetre, que eche raíces, que crezca, que tenga follaje y que sea productiva.
¿ Por qué dan fruto ?
- Son personas que oyen la voz del Espíritu Santo.
- Reciben a Cristo en su corazón
- Se arrepienten y confiesan su pecado.
- Experimentan el nuevo nacimiento, se congregan
- Se bautizan y comienzan el camino del discipulado.
- Dan testimonio de la obra salvadora.
- Salen de su casa para llevar la Palabra a otros corazones que están necesitados y repiten el proceso que ellos vivieron para llegar a los pies de Jesucristo y le presentan a Dios su nuevo fruto.
Hay una recepción de la Palabra y anticipamos con alegría que al recibir la Palabra, se cumplirá lo que ella misma dice, que no volverá vacía.
¿ Qué estas oyendo, qué estas recibiendo en la vida ?.
¿ Qué estas haciendo con la Palabra que estas recibiendo ?.
Oír con atención y entusiasmo, recibir con calidez y ser productivo.
Dar fruto es practicar la Palabra, no solo oidores, sino ser también hacedores.
Recibir y dar; hay personas que solo reciben , pero no dan nada.
Debemos estar ansiosos y gozosos de recibir la Palabra, estar abiertos a la voz del Espíritu Santo.
Jesús quiere producir fertilidad en nosotros para que podamos dar fruto.
El quiere producir fruto de paciencia y para esto es necesario que nosotros dispongamos el terreno. El puede plantar donde quiere plantar y donde quiere que haya fruto, pero nosotros debemos permitírselo.
En He 12: 11 dice que ninguna disciplina al principio parece ser buena, pero que luego da fruto, por esto es necesario permitir que Jesucristo, siembre, pode, y quite ramas secas para que este terreno de un buen fruto.
ORACIÓN FINAL:
Invitemos a Jesucristo a nuestras vidas, abramos el corazón a Dios para que su Palabra haga la obra de mucho fruto. Amén


ESCRITURA:
Primera Pedro 1:24-25: “Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre.”

La Biblia es la indiscutible, incorruptible, indestructible e indispensable Palabra de Dios. Nadie puede discutir con ella. Nada puede corromperla, ni destruirla, ni reemplazarla como la fuente de vida. El fallecido Dr. Robert G. Lee, un gran predicador de la generación pasada, dijo lo siguiente referente a la Biblia: “Todos sus enemigos no han podido hacerle ni un hoyo a su santo vestuario, ni robar una flor de su maravilloso jardín, ni diluir la miel de su abundante panal, ni romper una de las mil cuerdas de su arpa, ni ahogar una dulce palabra en tinta pagana.”


Exprésele a Dios cuánto ha cambiado su vida a causa de su Palabra. Reúnase con un grupo de amigos o con su familia para platicar acerca de las formas en que Dios ha ministrado su vida a través de su Palabra. 


sábado, 10 de marzo de 2012

LA ENFERMEDAD NO PUEDE VENCERME

"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" 1 Corintios 15:57
Una de las cosas que más teme oír un paciente es: "Usted tiene cáncer". Estas palabras petrifican el corazón de cualquiera. Aunque se ha progresado mucho en el tratamiento de esta enfermedad, la recuperación puede ser larga y dolorosa, y mucha gente no sobrevive. Aunque es doloroso aceptarlo es así, en nuestras vidas y aun en la de un ser amado. Dan Richardson, un entusiasta creyente en Cristo, perdió su batalla contra el cáncer, pero su vida demostró que aunque la enfermedad es capaz de destruir el cuerpo físico, el espíritu puede permanecer triunfante. Este poema se distribuyó en el culto conmemorativo que le hicieron:
El cáncer o cualquier enfermedad son limitados…
No puede debilitar el amor,
Ni destrozar las esperanzas,
Ni corroer la fe,
Ni acabar con la paz,
Ni destruir la confianza,
Ni matar la amistad,
Ni borrar los recuerdos,
Ni silenciar el valor,
Ni invadir el alma,
Ni reducir la vida eterna,
Ni apagar el Espíritu,
Ni disminuir el poder de la resurrección.
Si una enfermedad ha invadido tu vida, no permitas que toque tu espíritu. Tu cuerpo puede quedar gravemente afectado, débil y aun con deficiencias y tal vez enfrentes una gran lucha. Pero no es así con el ser interior, el apóstol dijo: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. Posiblemente Pablo sufría una enfermedad, ante esto dijo: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
Nuestro cuerpo puede estar abatido, por lo cual nos sentimos débiles y se desgasta aun sin una enfermedad, pero nuestro espíritu se puede renovar y fortalecer diariamente cuando invertimos tiempo con el Señor Jesús, el Autor de la vida. Como hijos de Dios en cualquier situación, no debemos aferrarnos a la vida, sino a Cristo Jesús para poder decir como Pablo: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia (Fil. 1:21)
Reflexión: Nuestro mayor enemigo no es la enfermedad, sino desespéranos, y peder la perspectiva de los planes de Dios.
Autor: Editores de Nuestro Pan Diario


Claves para soportar una enfermedad: Recuerde que…
- Su cuerpo físico está diseñado para deteriorarse (Gn. 3:19)
- Dios permite las aflicciones para instruirnos (Sal.119:71).
- Dios nos ayuda a resistir las tentaciones (1 Co. 10:13).
- Los sufrimientos nos permiten ver a Dios por la fe (Job 42:5).
- Por medio del sufrimiento su vida moldeada a la imagen de Cristo (Ro. 8:28–29)
- Dios nos ayuda en nuestra debilidad (2 Co.12:10)
- Sus problemas físicos son temporales — la gloria es eterna. (2 Co. 4:16–18)
Versículo para memorizar: “Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra” (Sal. 119:28).

jueves, 8 de marzo de 2012

LA TENTACIÓN: UN PRIMER PASO A LA FATALIDAD

«NADIE DE MI FAMILIA... SABE [QUE SOY VIH POSITIVO]»

Ignorar las orientaciones de Dios y desobedecer su palabra, son algunos de los principios que empezamos a dejar de lado y que nos van a llevar a situaciones que después no es posible volver.


Escoger el camino amplio y espacioso, lleno de fiestas, vanidades, lujurias y todo tipo de hechos deshonestos, es una elección personal, pero que a la larga afectará a todos los que estén a nuestro alrededor; principalmente a la Familia.

Recordemos que Dios nos promete que con la prueba, también está la salida.





«En mi tercer año de universidad, tuve relaciones sexuales con un hombre, y he continuado desde entonces con [otros hombres]. No quiero [hacerlo], y le pido a Dios que me ayude; pero la ayuda no llega.

»En el 2009, la prueba de VIH salió positiva. Nadie de mi familia... lo sabe. No quise causarles ese dolor.... ¿Qué hago? ¡Ayúdenme!»

Este es el consejo que le dimos:

«Estimado amigo:

»Lamentamos mucho el diagnóstico que recibió. Le instamos a que les diga a sus padres que tiene esta enfermedad a fin de que ellos puedan consolarlo durante los tiempos difíciles que va a afrontar en los días venideros....

»Usted dice que no quiere tener relaciones sexuales con otros hombres. Sin embargo, desde la primera vez en que cedió a la tentación, la atracción ha aumentado y le ha costado cada vez más trabajo resistirla....

»Así mismo quienes cometen adulterio dicen con frecuencia que no querían hacerlo. Luego de ceder la primera vez, les fue cada vez más fácil seguir cultivando su relación ilícita. Jugadores, alcohólicos y fumadores empedernidos experimentan la misma incapacidad para resistir la tentación. Cualquier hábito, incluso el de morderse las uñas, que es moralmente aceptable, puede parecer imposible de vencer.

»Jesucristo dijo: “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.”1 En esa breve declaración, descubrimos la razón por la que usted ha seguido haciendo lo que no ha querido hacer, y por qué otras personas, al igual que usted, siguen haciendo lo que no quieren hacer.... Jesús empleó el verbo “caer” para describir el proceso mediante el cual una persona tropieza y cae de bruces al suelo, y se encuentra tal vez sucia y herida, en una situación que no había planeado.

»¿Cómo se evita el caer cuando se camina sobre terreno disparejo? Cristo dijo que para no caer hay que estar alerta y orar. El mantenerse alerta implica estar pendiente del sendero que está por delante, tratando de pisar el terreno más seguro con cada paso que se da. El orar implica pedir dirección, como cuando uno pregunta: “¿Cuál sendero debo tomar para estar seguro de no caer?” Dios siempre contesta esas oraciones al mostrarnos con claridad cuál sendero es peligroso y cuál es seguro, pero Él nunca nos obliga a escoger el sendero seguro.

»Para resistir la tentación, es necesario ver los obstáculos que hay por delante y trazar un plan para evitarlos.... Muchas veces también necesitamos pedir ayuda cuando vemos el peligro. El contarle a una persona de confianza la tentación que estamos sufriendo nos ayudará a evitar los escollos del camino.

»Cuando con nuestra conducta quebrantamos las leyes de Dios, debemos también pedirle a Él que nos perdone. Esa es una oración que Él está esperando escuchar y que está dispuesto a responder.
Cada día tú situación va a empeorar y además estas llevando a otros a una muerte segura y a pecar en forma permanente.

Dios va a utilizar a tú Familia, no solamente en los tiempos difíciles, sino también en la restauración espiritual, recuerda que el cuerpo ya está muriendo, pero tú espíritu tiene esperanza.




1. Mt 26:41