domingo, 8 de julio de 2012

ESTAR JUNTOS EN FAMILIA ES: VERDADERO PREMIO

VERDADERO PREMIO
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella." Ef. 5:25
Estoy asombrado por el impacto que mi esposa Marta ha tenido en la vida de nuestros hijos. Muy pocas funciones exigen la clase de perseverancia y de entrega sacrificada e incondicional que tiene la maternidad. Sin duda deseo decirle que mi carácter y mi fe  también fueron moldeados por mi madre. Seamos realistas, ¿dónde estaríamos sin nuestras esposas y nuestras madres?
Esto me trae a la mente una de mis historias deportivas favoritas. Felipe Mickelson jugador de golf, recorría la calle del hoyo 18 durante el Torneo de Maestros, en el 2010, después de su último tiro con el que ganó por tercera vez uno de los premios más codiciados por los golfistas. Pero no fue la victoria que obtuvo en el campo lo que me impactó, sino cuando fue derechito, entre la multitud, hasta donde estaba su esposa, la cual luchaba contra un cáncer que amenazaba con quitarle la vida.  Ellos se abrazaron, y la cámara captó una lágrima cayendo por la mejilla de Felipe mientras abrazaba fuertemente a su esposa durante un largo rato.
Nuestras esposas necesitan experimentar la clase de amor sacrificado y generoso que el Amante de nuestras almas nos ha demostrado. Como lo expresa Pablo: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Efesios 5:25). Los premios vienen y van, pero lo que realmente importa son las personas a quienes amas y que te aman a ti. Las personas que amamos son el más valioso premio que tenemos, porque el valor de la vida no consiste en los premios, cosas o metas que alcanzamos. 

Invierte tu tiempo, vida y dinero en ellos, son el tesoro más grande que Dios te permite administrar.
Gastando tiempo con aquellos que amamos

La vida es una empresa con mucha actividad. Parece que siempre quedan más cosas para hacer, lugares adonde ir y personas a quienes conocer. Y aunque a nadie le gustaría una vida sin nada significativo que hacer, el ritmo vertiginoso amenaza con robarnos la mejor inversión de tiempo que podemos hacer que es en nuestra familia. Algunos consejos para invertir tiempo con aquellos que más amamos:
Organice actividades intencionalmente:
- Propóngase hacer del tiempo juntos como familia una prioridad.
- Planifique tiempo para estar juntos, e insista en que los niños participen.
- Participe en actividades juntos, creando lindas memorias de tiempos compartidos en familia.
Calidad y cantidad: Alguien dijo:"El tiempo diario es irreemplazable. Cinco minutos cada día es mejor que cinco horas un sábado o un grandioso viaje de la familia. Las grandes porciones de tiempo sólo son efectivas si existe ya una relación como resultado de pasar pequeños tiempo juntos cada día".
Comer juntos: El tiempo de la comida es una oportunidad para hablar de los asuntos del día, y para ventilar cualquier queja que haya surgido durante la semana. Pero tengan cuidado de tratar las cosas de manera divertida y despreocupada. No utilice el tiempo de la comida como una oportunidad para inculcar modales en la mesa ni para reprender a los niños frente a una audiencia. Mantengan al mínimo distracciones como la TV o los teléfonos. Realmente, es una buena idea declarar una moratoria en todos los aparatos electrónicos hasta que hayan terminado de comer.
Orar juntos: Jesús promete en Mateo 18:20: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Creo que esto tiene un doble significado para las familias. Sé que algunas de las respuestas más efectivas a las oraciones se han producido después de haberme arrodillado con mi esposa/o y mis hijos para orar juntos. Más que una rápida plegaria antes de las comidas, el tiempo de la oración puede ser una oportunidad para conectar los corazones de todos, y para saber qué motivo de preocupación hay en la mente de cada uno.
Meditar juntos: (Sal. 127:1) Separe cada día un tiempo, para estar con ellos y con la Palabra de Dios. Llámalo como desee, altar familiar, devocional en familia, etc. Además busque un día, que puede ser el sábado, para desayunar juntos y hacer un devocional. Lidere ese tiempo con ellos y permita que Dios edifique su familia.

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