lunes, 23 de julio de 2012

EL AGUA QUE LIMPIA


¿Necesitas un baño?
 Junto a aguas de reposo me pastoreara.  Salmo 23:2

 
Hno. Juan con Maria
Hno. Juan con Maria
¿Te has sentido sucio últimamente?  No estoy hablando de tu necesidad de darte una ducha en tu casa.  Me refiero a un espíritu contaminado.  Un corazón lleno de ira o tal vez un pecado oculto.  Puede ser un resentimiento profundo. Puede ser una amargura que has llevado por años, o una auto conmiseración crónica o el orgullo.
 
Es fácil estar limpio externamente, pero hediondo y podrido por dentro.
 
Es por eso que el Buen Pastor guía a su rebaño por aguas de reposo.  Es por eso que Jesús siempre está listo para lavarnos.  El sabe de nuestra necesidad.
 
El te lavó con su sangre una vez y para siempre cuando llevó tus pecados en la cruz, y te dio su justicia a cambio de tus pecados (Ro. 3:25-26).  Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co. 5:21).
 
Pero como Pedro, nosotros también necesitamos ser lavados cada día. ¿Te acuerdas cuando él se arrodilló y lavó los pies de sus discípulos?  “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.”  Un verdadero seguidor de Jesús desea andar en pureza en este mundo contaminado, para complacer a su Maestro.
 
Mas tarde el Apóstol Juan escribió, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).”
 
¿Por qué no abrir tu corazón a Jesús hoy?  Deja que él te examine. Cuéntale tu debilidad y cuanto deseas que te limpie cariñosamente.  El te bañará en esas aguas de reposo y como resultado podrás perdonar a otros más fácilmente. Estarás lleno de un gozo nuevo del Espíritu Santo y la gloria de Dios fluirá a través tuyo hacia otros como nunca antes lo has experimentado.  Agradécele por su trabajo de limpieza.  Nadie te ama como te ama tu Pastor.
 
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por tus aguas de reposo que me limpian.  Yo las necesito hoy.   Gracias por tu sangre que me lavó completamente y para siempre. Gracias por tu Palabra que limpia mi mente.  Gracias por tus misericordias que son nuevas cada día, las cuales me permiten empezar de nuevo limpio, vibrante y perdonado.  Gracias por escogerme como tu instrumento de limpieza para un mundo que precisa tanto de tu amor.
 
985 – Cristo Como Pastor-- Dr. Juan Jauchen

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